En un paisaje nocturno, un gato salvaje que vive escondido en las raíces espinosas de un árbol viejo, grande (como un ombú) y deshojado, sale de su guarida al ver que su amigo jurel cae herido y chapoteando al suelo (jurel volaba). Mira hacia arriba y ve a un par de pájaros graznar de la risa sobre una rama, el gato se enoja y salta a la rama para pegarles, uno se escapa y otro le picotea la cabeza. El gato se para en dos patas y logra atrapar al pájaro con sus garras, pero el jurel semi recuperado, lo detiene e indica que hay demaciados: miran hacia arriba y ven un remolino gigante de pájaros sobre el árbol. Los personajes ponen cara de “oh ou”. Posteriormente el remolino se empieza a recoger en el centro para luego “explotar” (sin destruir los polígonos pero hacer que una fuerza haga salir volando a los pájaros) y en el centro queda un huevo volando, que baja lentamente a un nido en la copa del árbol. Cuando los personajes se acercan para mirar qué es, el huevo se quiebra y sale un ratón. Los personajes se miran con cara de “¿Qué hacemos ahora?” y fade a negro.
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